La fotografía de cocina, no es una fotografía convencional, no es una modelo a la cual dirigir, no es un espacio en el cual como fotógrafo puedas interferir mas de la cuenta, cada detalle debe ser optimo, desde el brillo de cada producto, hasta lo natural que se pueda ver, no se necesitan grandes ingredientes, pero si un orden armónico. Salido de manos de un buen cocinero, deben ocuparse buenos tonos, y bien los espacios, no debe ser una foto plana, sino que debe apreciarse en amplitud cada centímetro ocupado en aquel plato, que esa foto despierte tus sentidos, que tengas ganas de comer, que tu vista y tu gusto se conjuguen en un solo momento, es necesario, prestar atención en cada detalle… la fotografía gastronómica, no es cualquier cosa, en algunos instantes logra ser una excelente carta de presentación, por ende, debe ser bien utilizada y armonizada.-
